sábado, 16 de enero de 2010

El Torito, un profeta con un gran corazón
Deybidania Rodríguez - 1/15/2010

HÉCTOR ACOSTA RESTITUYO. MERENGUERO, NACIDO Y ORGULLOSO DE HABITAR EN BONAO
Las luces del éxito jamás han nublado el don de gente y la simpaía del artista ganador de varios Premios Casandra por sus discos y producciones.

Bonao, Monseñor Nouel.- Cuando a Seferina Restituyo (Doña Irene) el médico que la asistió en la humilde clínica Luisito Peña le dijo que su retoño era un varoncito, nunca imaginó que ese pequeño sería un gigante del merengue, bolero y bachata dominicana.

La madre de Héctor Acosta, “El Torito”, con su rostro visiblemente emocionado cuenta que cuando se enteró que, pese a que su esposo y padre de El Torito, Elpidio Acosta Díaz, intentó alejar de los pensamientos de su hijo la idea de ser cantante, para que estudiara agronomía, éste decidió instalarse en el municipio de Bonao, procedente de Bejuco Aplastado, para concursar y llevarse el primer lugar en el festival de la San Rafael.

El Torito, de escasos recursos, joven cantante del coro de la Iglesia San Antonio, se ha convertido en un gran ejemplo de inspiración para jóvenes interesados en el mundo artístico. Padre de dos hijos, pero en total cuatro, porque se encarga de la manutención, orientación paterna y cuidado de sus dos sobrinos, hijos de su única hermana, Dulce Acosta, El Torito es conocido en su pueblo por la solidaridad que muestra en momentos que se le requiere.

El pueblo de Bonao recuerda sus ojos trasnochados y llenos de lágrimas en las tormentas Noel y Olga cuando salió a socorrer a personas damnificadas, brindándole cobija hasta en su propia casa. Todos los años los hogares más humildes de Bonao, esperan esa cena de navidad que personalmente el orgullo de Bonao entrega a decenas de familias. Al comienzo de cada año escolar, la alegría se siente en las distintas aulas de las escuelas de Bonao cuando este ídolo del país, entrega útiles escolares y abrazos a niños y niñas estudiantes.

“Recuerdo que cuando grabó su primer disco, se apareció en la casa radiante de felicidad, y salió con un amigo en un motorcito a enseñarlo a todo mundo. Luego se cayó del motor y se le rompió la barbilla. Yo pensé que el golpe era sinónimo de mala suerte y fue todo lo contrario, gracias a Dios”, cuenta su madre.

En la iglesia, entre la armonía de las voces de los cánticos litúrgicos y el olor a incienso, pudo vislumbrar el camino a seguir, el que con el tiempo le llevaría a convertirse en el mejor cantante de merengue de la República Dominicana, según han afirmado otros cantantes y entendidos del medio.

En el año 1982 la emisora Radio Novel realizó un festival de la voz que se considera el primer reto que asumió el cantante en ciernes, para poner a prueba su capacidad como intérprete. Aunque todos conocen su magistral voz, poco saben que Héctor es un músico innato y que, además de toca el bajo a la perfección, también toca otros instrumentos musicales. Todo gracias a un oído muy sensible, pues nunca estudió formalmente ninguno de los instrumentos.

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