viernes, 18 de diciembre de 2009

Más muertes surgen durante interrogatorios Paya

Noticias, * | jue, 10-dic 13:35

Por: Cristina Rivas dominicanoshoy.com

Imputados e imagen del interrogatorio del caso Paya. (Fotos: Carlos Carrasco)

La muerte del señor David Medina Peña, conocido como el Gordo de Bonao, y el secuestro de la novia de un ex coronel de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) salieron a relucir este jueves durante los interrogatorios a los testigos presentados por el Ministerio Público en el juicio preliminar que se le sigue a los 25 implicados en el caso Paya, donde fueron acribillados siete colombianos.

En la séptima audiencia del caso, los interrogados hicieron grandes revelaciones que pidieran servir para que el juez envíe a los imputados a juicio de fondo, esta vez, con la revelaciones del coronel Adolfo Sánchez, quien estuvo a su cargo la primera fase de investigación del mismo.

En su testimonio, Sánchez Pérez dijo que gracias a uno de los teléfonos que se encontró a los sietes colombianos muertos, se pudo dar con varios números de teléfonos, incluyendo el de José Luís Montás (El Duro Motor).

Sostuvo que gracias a esos números telefónicos se pudo determinar el grupo de los marinos involucrados, siendo uno de los primeros número localizado el de José Luís Montan y Luís Sánchez, Yaneris Calvos.

Sánchez indicó que en las llamadas que se hicieron a esos números, y a las declaraciones de uno de los implicados, para el 21 de octubre del 2008 ya el grupo de marinos cae preso bajo medidas de coerción.

El coronel agregó que en una de las llamadas interceptadas a “El Duro Motor”, se pudo intervenir una conversación de éste con el ex coronel Ricardo Pérez Guzmán.

Siguió narrando que en la conversación, el “Duro Motor” revelaba al oficial, una vez estando detenido, que “El Gordo de Bonao”, tenía parte de su droga.

“El gordo tiene lo mío, el gordo tiene lo mío”, narró el ex coronel Sánchez, refiriéndose a la conversación donde se hacía referencia a Medina Peña.

Medina Peña fue encontrado muerto en La Vega pocos días después de la matanza de Paya. Se informó a Dominicanoshoy.com que El Gordo de Bonao era el contacto entre los siete colombianos que resultaron muertos y sus ejecutores.

Otra revelación que salió a relucir en el interrogatorio de este viernes al coronel Sánchez fue el nombre de Carlos Rozó Peña, un ex coronel de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), quien fue solicitado en extradición a Estados Unidos y quien fue interrogado, tras ser señalado por varios testigos como una de las personas acostumbradas a visitar el negocio de “El Duro Motor.

Durante el interrogatorio, Rozó Peña habría revelado que su novia había sido raptada y que la policía estaba buscando la joven, que no fue identificada, y que hasta el momento no aparece.

Para este jueves se espera, también, sean interrogados como testigo testimonial presentado por el Ministerio Público, al ex coronel de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), Julio César Bilorio Souffront, así como el civil Gregorio Bilorio, éste último, presuntamente, recibió el fusil que se usó en la matanza.

En la última audiencia del juicio preliminar, realizado el pasado día 4 de diciembre, que se prolongó por ocho horas de interrogatorios a cuatro testigos claves del sonado caso, el juez Hiciano Berroa aplazó el proceso para este jueves, ya que podía extenderse pasada las 8:00 de la noche.

Para entonces, fueron escuchados el general Edwin Dominicci Rosario, los imputado Mayobanex Montero, el ex primer teniente de la Marina de Guerra Andrés Castro Balbuena y Jorge Luís Chalas.

Durante los interrogatorios, el ex-director de Inteligencia de la Marina de Guerra, contralmirante Edwin Dominicci, reveló que varios oficiales de esa institución fueron cancelados, porque fueron vistos visitando el negocio de uno los implicados en la matanza ocurrida en Paya Baní el cuatro de agosto del año pasado.

Entre los oficiales cancelados de la Marina de Guerra en agosto de 2008 menciono al ex teniente de navío, Carlos E. Rozó Peña y el capitán de corbeta Miguel Antonio Suárez Silfa, quienes se entregaron voluntariamente para ser extraditados para responder por acusaciones de narcotráfico en Puerto Rico, así como Silverio Balbuena y Sánchez Tapia.

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